
J.M. BARBOT
J.M. BARBOT, nacido en Burgos (España) en 976, se licenció en Historia, especialidad de Arqueología, en la Universidad de Valladolid, en 1998. Desde 1999 trabaja como arqueólogo en el sector privado y en 2003 fijó su residencia en Madrid. Es miembro del grupo poético PoeKas, del madrileño barrio de Vallecas, donde coordina el cido poético A Vallecas En Verso. Con ese grupo participó en la antología Surcos. Para que no te olvides del poema (Lastura, 2016). En 2014 publicó su primer poemario, Ulises desconcertado (Ediciones En Huida), y un año después el libro de cuentos Cristales rotos (Lastura). Ha publicado poemas en varias antologías y en algunas revistas, como Álora la bien cercada o Crátera. Revista de crítica y poesia contemporánea, y participa en el taller de poesía de Enrique Gracia Trinidad. Como narrador, en la Navidad de 2017 participó con un cuento en la antología 21 campanadas, del proyecto cultural Contamos la Navidad, y poco después con otro en la antología Valladolid sobre ruedas (Asociación Cultural Rombo, 2018). Además, es colaborador habitual de la revista "El Viajero", de El País, donde publica artículos sobre arqueologí
J.M. BARBOT / Trois poèmes de Agua serás y lo olvidaste,/
J.M. BARBOT
Trois poèmes de Agua serás y lo olvidaste, ed. Lastura, 2019
Traduction par Miguel Ángel Real
ARCHEOLOGIE
Nous avons entre les mains un palais en ruines.
RODRIGO GARRIDO
La boue que nous portons dans les mains
nous dit qui nous fûmes dans les ombres,
ces mythes et ces dieux que tu me nommes
du temps où nous n’étions pas encore humains.
Cette poussière qui salit nos mains
fut le lit et l’aliment des ombres,
des décombres que tu respires et que tu nommes
avec l’ardeur curieuse des humains.
Elles ne tomberont pas dans l’oubli toutes ces ombres
si nous pouvons sauver avec nos mains
ce qui pendant des siècles fut silence,
car vivront à nouveau tous ceux que tu nommes,
ils redeviendront lumière et souffle humains
quand tu prêteras ta voix à leur silence.
ARQUEOLOGÍA
Tenemos en las manos un palacio en ruinas.
RODRIGO GARRIDO
El barro que traemos en las manos
nos dice quiénes fuimos en las sombras,
esos mitos y dioses que me nombras
de cuando aún no éramos humanos.
Ese polvo que ensucia nuestras manos
fue lecho y alimento de las sombras,
escombros que respiras y que nombras
con el curioso afán de los humanos.
No caerán al olvido tantas sombras
si podemos salvar con nuestras manos
lo que durante siglos fue silencio,
pues vivirán de nuevo cuantos nombras,
volverán a ser luz y aliento humanos
cuando prestes tu voz a su silencio.
dIEU(x)
(…) et il semblait nécessaire, en indiquant son métier,
d'écrire le D majuscule qui n'était essentiel dans aucun
autre métier.
ENRIQUE GRACIA TRINIDAD
On dit qu’on écrit dieu en Majuscule.
Mais je ne sais pas très bien de quel dieu on parle.
Peut-être du jardinier cruel et insomniaque
qui engraisse ses rosiers et son potager
avec notre pourriture.
Ou peut-être de cet autre
qui rend les femmes invisibles
et les hommes esclaves d’eux-mêmes,
sinistres messagers de la mort.
On dira qu’il y a d’autres dieux
sans haine dans leurs pupilles ni dans leurs mains,
sans rancune ni jalousie, vermoulus
entre quatre murs d’un temple quelconque.
Il y en aura même qui diront que c’est de l’amour,
qu’il donna sa vie pour nous
ou que il rend meilleurs certains.
Mais à vrai dire plutôt que dieu
je le vois très humain dans toutes ses facettes.
Je dis cela car je ne veux pas discuter
parce que le voir, ce qu’on appelle le voir, je ne le vois pas.
Moi, d’après ce qu’il paraît,
il me refuse le don de sa présence.
Je soupçonne donc que tous ces dieux
-y compris le seul dieu véritable-
ne sont que des mirages
de passions mondaines
comme les tiennes et les miennes,
les plus ordinaires, celles qu’on écrit
dans l’ombre et en minuscules.
dIOS(es)
(..)y parecía necesario, al escribir su profesión,
poner la D mayúscula que no fue imprescindible
en ningún otro oficio.
ENRIQUE GRACIA TRINIDAD
Dicen que dios se escribe con Mayúscula.
Pero no sé muy bien de qué dios hablan.
Tal vez del hortelano cruel e insomne
que abona sus rosales y su huerto
con nuestra podredumbre.
0 acaso de aquel otro
que hace a las mujeres invisibles
y a los hombres esclavos de sí mismos,
siniestros mensajeros de la muerte.
Dirán que hay otros dioses
sin odio en sus pupilas ni en sus manos,
sin inquina ni envidia, carcomidos
entre cuatro paredes de algún templo.
Habrá quien diga incluso que es amor,
que dio su vida por nosotros
o que a algunos les hace ser mejores.
Pero es que más que dios
lo veo muy humano en todas sus facetas.
Lo digo por no discutir,
porque ver, lo que es ver, yo no lo veo.
A mí, según parece,
me niega el don de su presencia.
Sospecho así que todos esos dioses
-incluso el único dios verdadero-
no son más que espejismos
de pasiones mundanas
como las tuyas y las mías,
de esas de andar por casa, que se escriben
a oscuras y en minúsculas.
AGRAFES
Nous vivons fissurés.
Nous sommes coupure, fracture, cicatrice,
des mots et des futurs qui ne protègent pas,
des passés et des silences qui se brisent.
Et cependant, nous prétendons
sauver les meubles,
nous bercer dans la même litanie
et recoller les routines qui se brisent.
Agrafer et rattacher les crevasses
pour qu’elles guérissent et que nous puissions
imaginer que tout reste tel quel,
même si c’est constamment démenti
par les traces sur la peau
et les jours de pluie.
GRAPAS
Vivimos agrietados.
Somos corte, fractura, cicatriz,
palabras y futuros que no abrigan,
pasados y silencios que se quiebran.
Y sin embargo, pretendemos
salvar los muebles,
mecernos en la misma letanía
y pegar las rutinas que se rompen.
Grapar y unir las grietas
para que sanen y podamos
imaginar que todo sigue igual,
aunque lo sigan desmintiendo
las marcas en la piel
y los días de lluvia.