Responsabilidad ineludible
El sordo tendrá que oír el ruido corrosivo de la piraña y el ciego podrá mirar las sombras de su propia ceguera en la sangre que corre por sus manos.
Es así que, el trabajo que se ha hecho en la urbe, por grupos, comarca, cofradías y de forma aislada por poetas, pintores músicos y todo la diversidad que gira entorno de la expresión artística no podrán huir; tarde o temprano serán atrapadas en la mandíbula hambrienta de este suplemento.
Dientes filosos no como cuchillos sino como hacha dispuestos a descarnar el arte hasta lograr poseer la pulpa palpable que da vida.