Imprimir esta página
Viernes, 07 Febrero 2020 04:29

ºESCRIBIR: LA BÚSQUEDA DE LA PROPIA VOZ Por: Marco Ornelas[i]

Escrito por
Valora este artículo
(1 Voto)

 

ºESCRIBIR: LA BÚSQUEDA DE LA PROPIA VOZ

Por: Marco Ornelas[i]

 

 

Poetizar: la más inocente

de todas las ocupaciones.

Hölderlin

 

¿Por qué escribir poesía? ¿Por qué escribir? Quizá, porque toda ideología es lenguaje, ergo sum: conociendo —el funcionamiento de la maquinaria de— el lenguaje puedes “escapar” de la ideología. Escapar de la inautenticidad. Fugarse. Tratar de huir del azar —si esto acaso es posible—. La autodeterminación es la condición sine quan non de lo humano. Hablar castellano es sólo un accidente. Tal vez ahora que lo pienso, viene a mi mente el nombre de Samuel Beckett: el apátrida de su lengua. El poeta es por antonomasia un deconstruktor. Claro, esto hace referencia directa al discurso de Derrida, el maestro de los poetas contemporáneos. Para mí, poesía y filosofía (lingüística, hoy) son sinónimos. Ante la equivocación de Platón de dividir la filosofía y la poesía, María Zambrano vendrá a decirnos muchos años después: “No se encuentra el hombre entero en la filosofía; no se encuentra la totalidad de lo humano en la poesía (Cfr. Filosofía y poesía, FCE. Segunda reimpresión 2001)”. Creo al igual que la filósofa española, que la reconciliación se da en ambas. Wittgenstein, el gran ejemplo de filósofo y poeta. El “Tractatus lógico Philosophicus” y las “Philosophical investigations” son la gran obra poética del siglo XX. Así como “Un coup de dés”, lo fue para el siglo XIX. “De lo que no se puede hablar hay que callar”, es un verso extraordinario. ¿Cómo negar que es casi un alejandrino perfecto, que compite con los grandes versos de Quevedo, tanto en belleza lingüística, como en profundidad filosófica? Un lingüista y poeta peruano muy conocido, expresa mejor que yo este asunto sobre la búsqueda personal de la voz poética, aunque en su caso, sea negándola, es decir; buscar la extinción del “yo”. En un ensayo brillante escribe: “En defensa del poema como aberración significante”. El discípulo de Chomsky, parte de tres autores: Freud, Saussure y Lacan para defender su tesis sobre la creación de poemas en la actualidad. Según el autor de “Llantos Elíseos”, fue Freud, quien demolió con su libro: “Tres ensayos sobre teoría sexual” la teoría platónica de que lo humano, desde el comienzo de las edades, fue dividido en dos mitades que siempre están buscando unirse. Es decir, la pulsión primordial. El objeto de la pulsión en el hombre es la mujer, y en la mujer el hombre; y el fin de dicha pulsión es el coito. Esta es la tesis que Aristófanes expresó tan elocuentemente en el diálogo “El Banquete”. Pues no, vendrá Freud a decir en sus reflexiones a las desviaciones sexuales: que no existe ningún dato natural que ligue la pulsión con el objeto. El primer capítulo de los “Tres Ensayos sobre teoría sexual” trata sobre las aberraciones sexuales y es también una dura crítica al discurso platónico —aristotélico—. Luego vino el lingüista Saussure, en sus “Tres cursos de lingüística general” a decirnos sobre la pulsión de “langue” que todos los seremos humanos tenemos, es decir; no es el lenguaje hablado el natural al hombre, sino la facultad de construir una lengua. Así Saussure estableció que el objeto de la pulsión de “langue” para un significante era el significado. Y no vio el lingüista otro fin de la pulsión de “langue” que el signo. Siempre estamos buscando un significado para cada cosa, aunque signo y significado no tengan alguna relación inherente. Luego entonces: la lengua es un sistema de signos que buscan significación, aunque esta sea arbitraria porque es circunstancial al tiempo y al lugar. “El lazo que une el significante al significado es arbitrario (Curso de lingüística general, Losada, 1945, p. 53)”. Y es aquí donde Lacan hace su entrada para elaborar su tesis saussureana de la arbitrariedad en su dirección más radical; entendiéndola como indeterminación tanto del objeto, como del fin de la pulsión del lenguaje. El resultado es la teoría de la metáfora ―tan asidua a los poetas, porque siempre están postergando la significación―. De lo anterior concluye el poeta peruano, que la metáfora y la metonimia deben ser vistas como las dos aberraciones de la significación porque el fin de ambas no es el signo sino el desplazamiento. Por lo tanto, elaborar poemas hoy en día es huir de la significación discursiva platónica y aristotélica ya superadas.

Me gusta ver la escritura y la filosofía como oficios para ejercer la autenticidad. El creador en la obra artística atestigua su individualidad. El poeta es un buscador de voz propia ―aunque en algunos casos sea negándola―. Por eso me dan una gran ternura los poetas jóvenes que asisten a un taller de poesía, y ahí, les enseñan a realizar ejercicios literarios parecidos a los del tutor, y después, sólo se dedican a imitar sin reflexión alguna. La poesía es un ejercicio del pensamiento. El oficio del poeta es lo opuesto a la imitación. Todo lo contario de la inautenticidad en el decir.

Para mí, escribir poesía es ejercitarse en el pensamiento y lanzarse a buscar la voz personal. Hoy muchos poetas jóvenes lo que buscan es sentirse parte del grupo, pertenecer a una moda. Eso es la poesía para estos. Bien por ellos. Para mí la escritura es un acto solitario: una búsqueda individual. Parafraseando a Ortega y Gasset, considero que la poesía es intimidad con nosotros mismos. ¿Qué trabajo más marginal existe hoy que el del poeta? Los poetas son los nuevos cínicos del siglo XXI. Si Diógenes hubiera existido en este inicio de siglo, seguramente no se masturbaría en la plaza pública como otrora en la antigua Grecia, sino que leería poesía en ella, es decir, en las plazas públicas (no en los bonitos recitales de poesía, o en los encuentros de poetas auspiciados por el Estado). Un poeta puede morirse literalmente de hambre si se radicaliza y sólo se dedica ejercer de poeta.

Escribo ―poesía― porque leo ―poesía―. Me apasionan las vidas de los grandes poetas. Que mejor novela que la vida de Edgar Allan Poe o Verlaine. Escribo ―poesía― porque en mis ensoñaciones me gustaría alcanzar un poco de la autenticidad que alcanzó San Juan de la Cruz o Celan. He intentado escribir ―poesía― desde los dieciséis años, he sido rechazado de grupos, de editoriales, de revistas y sigo aquí; tengo que reconocer que después de veintitrés años de escribir, sigo aquí; intentando escribir. Creo en el poder de la escritura ―de la poesía― ¿pero no sé en qué consiste? Después de tantas lecturas: no sé qué es la escritura ―la poesía―. Con los años, me he alejado de las pretensiones. Al final lo que va quedando es la alegría de leer ―poesía―, como escuchar jazz. Lo tragicómico de saberse dueño de un oficio que no sirve para nada. Un trabajo que no es trabajo. El heroísmo personal de enfrentarse libro con libro al fracaso.

A lo mejor escribo ―poesía―, porque al igual que un tipo de rock en extinción, considero que la escritura ―de poesía― es un camino para ir contra la perversidad del establishment. Una vía para ser tú mismo, lejos de la imposición. Escribo ―poesía― porque la mejor forma de destruir “el ego” es el fracaso. Escribe Derrida: “No hay poema que no se abra como una herida”. Auden decía: “…la poesía es el lenguaje más personal, el más íntimo de los diálogos con el otro”, muy probablemente por esto también escribo ―poesía―.

Escribo ―poesía―, quizá, porque no he superado la etapa metafísica de la vida (podría muy bien decir Comte). Porque creo que con la escritura ―de poesía― se puede dar algún tipo de reconciliación con el mundo, con el otro, con la vida misma.

Leo ―poesía― y escribo, porque me emociona. ¿Cómo olvidar aquellos versos de Dámaso Alonso que leí por primera vez hace veintitrés años, y hoy siguen gravitando en mi memoria:

“A veces en la noche yo me revuelvo y me incorporo en este

nicho en el que hace 45 años que me pudro, y paso largas horas oyendo gemir al huracán, o ladrar los perros, o fluir blandamente la luz de la luna.

Y paso largas horas gimiendo como el huracán, ladrando como un perro enfurecido, fluyendo como la leche de la ubre caliente de una gran vaca amarilla.

Y paso largas horas preguntándole a Dios,

preguntándole por qué se pudre lentamente mi alma”.

 

 

 

[i] León, Gto. 1978. Poeta y ensayista. Fue seleccionado para la antología "Ocho voces de Guanajuato", publicada por la Universidad Iberoamericana, plantel León (2000). Becario del Instituto Estatal de la Cultura de Guanajuato, en el área de literatura, "Jóvenes creadores (2001)". La editorial Azafrán y Cinabrio publicó su libro de ensayos: "El mito de Proteo (2008)". Asistió al taller de poesía "Aprendiz de Brujo" con el poeta Sergio Mondragón en (2010). La editorial San Roque en conjunto con Los Otros libros, publicaron su libro de poesía "El concierto Reconciliatorio (2011)". La editorial La Rana de Guanajuato, publicó su poemario: "Variaciones (y dispersiones) de la voz alcanzando el tono (2011)". La Universidad Iberoamericana, León, publicó uno de sus cuentos en la antología "Poquito porque es bendito (2013)". Obtuvo el primer lugar en el "Torneo de poesía Guanajuato 2014 (Adversario en el cuadrilátero)". Fue coeditor de la revista estatal de literatura y arte "Cosido a mano (2014-2016)". Fue seleccionado para el "Seminario de poesía Efraín Huerta del Fondo para las letras de Guanajuato (2016)". En 2017, ganó “Los Premios de Literatura de León (en el área de Poesía Libre)”. La editorial, “Ediciones sin nombre”, en 2017, publicó su libro de poesía: “Aquí no es Neverland”. Cuenta con 7 publicaciones: (tres antologías y 4 de su autoría). Ha colaborado para las revistas nacionales: "Replicante", "Periódico de poesía", “Círculo de poesía” y "Punto de partida en línea (UNAM)". Mantiene su sitio web en: http://elmitodeproteo.blogspot.mx/

 

Visto 11235 veces Modificado por última vez en Viernes, 07 Febrero 2020 04:53
Marco Ornelas

Poeta y ensayista. Estudió Derecho en la Universidad La Salle (1997-2002); también ha recibido cursos de literatura en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Guanajuato. En 2011 La editorial La Rana de Guanajuato, publicó su poemario: Variaciones de la voz alcanzando el tono. En 2013 la Universidad Iberoamericana, León, publicó uno de sus cuentos en la antología Poquito porque es bendito, . Obtuvo el primer lugar en el "Torneo de poesía Guanajuato 2014 (Adversario en el cuadrilátero)".

1725 comentarios