AQUELLA NAVIDAD
Rocío García Rey
Pude enredarme en los versos de Vidaluz Meneses,
pude elegir imaginarte el doble del Mayor Sabines
o hacerte dialogar en el tiempo con las Coplas de Manrique.
Pude haber inventado un preludio eterno para aceptar tu muerte.
pude haber salido a las calles a pintar tu nombre
luego de que tu corazón dejó de sonreir, un mes antes de la navidad.
Pude averiguar la dirección de Aceros Corsa
y quedarme deshojando canas del padre muerto.
II
Aquella primera navidad sin tu presencia
acerqué mi rostro a cada esfera,
no quería ver mi reflejo,
sino tu estirpe de hombre oaxaqueño.
En mi infancia, como extendida metáfora
inventabas nuestro nacimiento.
Entonces, tú eras mago, triturabas la plusvalía
para encender mis tardes, mis noches.
A veces el alcohol derrumbaba de tristeza al obrero,
a veces el alcohol quería acallar su llanto
llanto herido de tan seco, de tan piedra interponiéndose en la vida.
Yo te decía en silencio: “Te quiero, papá”
aunque tus pasos retumbaran
para acaso olvidar el ruido de la fábrica,
Después, tal vez el ruido de los muertos.
III
En navidad había un árbol que tú y Patricia adornaban
yo, tierna nube, me arrullaba en las luces del cielo
que me construías.
En navidad, papá cantaba y quería despojarse del destierro.