El tercer piso: dos poemas
Aleqs Garrigóz
EN UN DÍA DE ENERO
No basta un café cargado
sin azúcar.
A veces, incluso,
te repele tocar a las personas;
y es necesaria la dulzura.
Hay poco entusiasmo, sin embargo,
por encontrar cualquier paja en esos ojos,
una nueva migaja en sus manos.
Teoría
y práctica del desapego.
Es la división del pan
en cada esquina:
la comunión sólo en la carencia.
El ceño fruncido de tu rostro
que anhela enderezarse.
BIBLIOTECA
Aquí dejar
las primeras canas.
En este orbe de sueño y reposo
como vino que se escancia en pocos labios.
Y amar la tranquila
soledad de la palabra.
Y ofrecer una línea sinuosa al muerto caro,
escrita al margen,
como al azar.
No podremos alcanzar a leernos
nunca en suficientes libros.
Pero entre estas lápidas
viviremos mejor acaso
como un insecto
que teje su capullo en la sombra
para volar hacia la luz
del significado.